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Reseña de Loba, una novela fantástica de Verónica Murguía

  • Foto del escritor: Fraselograma
    Fraselograma
  • 1 dic 2020
  • 9 Min. de lectura

Lo bueno que ha traído la cuarentena consigo es la lectura de los libros que se me habían acumulado en la esquina de mi habitación. Poder reencontrarme con la lectura, después de unos meses atribulados y de sequía lectora, ha sido una dicha plena. Me siento como niña de nuevo.

Pues bien, quiero dedicar esta hoja en blanco a un libro que me encantó: Loba de la autora mexicana Verónica Murguía. Como saben y si no, vayan al Instagram de Fraselograma, ya me había leído una obra de esta autora, pero descubrí, recientemente que ganó el prestigioso premio Gran Angular otorgado merecidamente a esta obra más reciente.

De primeras, se nota el trabajo y la investigación invertida en la historia. De hecho, la escritora menciona en alguna de sus entrevistas que le llevó 10 años de su vida poder construir la historia de Loba y con razón. Antes de empezar a pensar si quiera esta reseña me pasé a fisgonear por Goodreads -aplicación para ávidos lectores y que no sé cómo usar todavía del todo-para saber qué decían otros de su experiencia lectora y me llevo una sorpresa porque la mayoría le da a este libro una media de 3.5 estrellas de 5 argumentando que la narración es fastidiosa y sosa, que la protagonista no se hace querer y que la historia no es lo suficientemente atractiva.

¿Será que estoy leyendo una obra diferente? ¿por qué me atrapó tanto si supuestamente es aburrida? ¿son los efectos de la cuarentena sobre capacidad de entretenerme con cualquier cosa?


Hablemos de Loba

Centrada en un entorno medieval, la novela gira alrededor de un mundo dividido en tres facciones principales: Moriana; reino al cual pertenece la protagonista y el cual es una región beligerante centrada en un Rey denominado “el Lobo”, Alosna; región mágica y pacífica en la que existen y conviven los magos en un concilio y Tarkán; nación de nómadas guerreros de estepas que están en disputa con Moriana. Sin embargo, este mundo envuelto en una paz momentánea es sacudido por el despertar de un dragón:

Bostezó, y el horno de su hocico se encendió de nuevo. Un ojo amarillo relumbró en la oscuridad, una luna grasa dividida por una pupila vertical. La pupila tomó forma de almendra que flotó en el aceite del iris. Su sangre, idéntica al mercurio, había corrido pausada durante el sueño. Cuando despertó, comenzó a bullir: pesada y caliente, se deslizó por las arterias y le avivó los músculos. La presión de ese líquido plomizo se convirtió en un tormento insoportable que lo obligó a desperezarse: cada escama, cada uña, cada cicatriz, fue sensible de nuevo. Dolía.

El último dragón del mundo es forzosamente despertado con un hechizo para destruir Moriana. Pero se nos describe un dragón cansado, que no quiere volver al mundo porque no le interesa y que está completamente solo, por lo que su existencia no tiene sentido. Es un dragón que cobra conciencia de su proximidad con la muerte.

Así como aparece esta criatura, representación de toda maldad, tenemos la otra cara de la moneda: el unicornio.

Aunque su cuerpo era parecido al de un ciervo blanco, su corazón era el de un león. Apenas conocía el miedo que gobierna a los animales parecidos a él, a los ciervos, al caballo. No lo arredraban ni el dolor ni la muerte. Siempre había estado solo (…) Tal vez siempre hubiera sido como era ahora, un animal joven, armado con una lanza invencible, una bestia que no envejecía. No conocía la brama ni la enfermedad, solo sabía de la cólera y la piedad por los otros animales. Era un rey amado.

El unicornio está solo también, pero a diferencia del dragón, no ha conocido otra cosa, sino que lo siente natural. Además de eso, esta criatura significa una fuerza de bien y de estabilidad en la naturaleza; es una especie de dios del bosque, al puro estilo de La princesa Mononoke. Como vemos en la descripción este animal fantástico solo conoce de dos cosas: ira o piedad. No hay medias tintas, no hay vacilación, todo es certero con él. Estas dos criaturas son animales pertenecientes a la mitología medieval europea, sobre todo el unicornio. El dragón sí tiene su variante en distintos mitos y leyendas antigua del mundo, pero el tipo que se describe en la novela es un típico dragón que escupe fuego, que vive bajo tierra mientras resguarda su tesoro.


Luego de presentar esta dualidad, tenemos a la protagonista y adivinen cómo se llama. Si tanto el unicornio como el dragón están solos en este mundo, ¿cómo llamaríamos a nuestra heroína?


Soledad es la princesa del reino de Moriana. Es una mujer ruda, guerrera, poco femenina, austera y con un sentido del deber anquilosado en la figura de su padre, el rey Lobo, el cual dista mucho de ser una figura bondadosa y correcta. Cuando llega la noticia al castillo de la destrucción causada por un monstruo, rechaza la idea por completo porque piensa que todo lo mágico son fanfarronerías. Pero lo que no sabe es que su destino ha sido sellado desde su nacimiento y tiene que ver con esta guerra mágica que se aproxima.

Hemos dicho que tanto unicornio como dragón están solos en el mundo. Uno no conoce otra cosa y el segundo lamenta su situación. Ambos sienten una conexión instantánea con Soledad porque también ella es un algo que no parece encajar en el mundo; está a parte, está sola. Es por esto por lo que ambas criaturas deciden irse en su búsqueda, en el caso del dragón ve en Soledad su propia soledad y decide que al tenerla él podrá por fin cesar de existir, y por otro lado el unicornio ve en ella una compañera. Recordemos que, según el folclore medieval, los unicornios eran atraídos por la sangre de una doncella virgen y de corazón puro, por lo tanto, es Soledad la indicada para esta posición. Soledad es el premio en esta competencia.


SPOILER AHEAD


Revelaré aspectos fundamentales de la trama por lo que, si no la has leído y no quieres enterarte de esto sino después de haber terminado y comparar tu análisis con el mío, deja de leer hasta aquí. Si eres igual de curioso y no resiste las ganas, te invito a seguir.



La trama se construye hilo por hilo. Tenemos varios personajes que empiezan su propio viaje y cuyo punto de convergencia será la fatídica pelea dragón/unicornio por lo que puedo entender que algunos lectores se fastidien si están buscando una novela de fantasía ligera. Pues no, esta no es. Esta tiene extensas descripciones de batallas, de los soldados, de la vida y de la cultura y el vocabulario que utiliza Verónica Murguía está focalizado en el mundo medieval. Así que antes de embarcarte en este libro debes comprender un poco o tener tu buscador a la mano porque hay ciertas cositas típicas de la época que se te pueden escapar.

Los personajes son complejos y no acartonados pero…la evolución de personaje que tuvo Soledad en la novela me causó molestia, porque no lo vi natural. ¿Qué quiero decir con esto? Soledad empieza su viaje como una princesa experimentada en la teoría de la guerra y de la batalla, pero en la práctica nunca había participado en un combate real hasta ahora. Es altanera, orgullosa y ciega ante la situación de hambre que viven sus súbditos. Sin embargo, su postura cambia cuando toca en un arrebato de ira un diente del dragón y su mente se alinea con la de la criatura. Poco a poco el desarrollo del personaje va bien hasta el desenlace. Soledad debe aliarse con el unicornio para poder derrotar al dragón y hacerlo significa ofrecer su vida a cambio de las vidas de su reino. No olvidemos que el unicornio solo conoce dos estados de ánimo: piedad e ira. Si Soledad no cumple, el animal no ayuda o la mata.

Para aliarse, ella debe consagrase a él, debe ser virgen para que el unicornio la acepte y es aquí, donde algunos lectores se echan para atrás porque ¿Qué es la castidad sino un constructo social creado para establecer el dominio del hombre sobre la mujer? Existe un breve comentario de este tema de parte de uno de los magos conciliares de la novela:

¿No os parece que esa expresión, «hacerla mujer», es inadecuada? ¿Cómo un hombre puede convertir a una mujer en lo que ella ya es? - preguntó Espinela-. Ella es una mujer, no una niña. Ha cambiado. Ha conocido dolor y la muerte. ¿Y por qué es importante la virginidad? ¿por qué el amor mancilla? No lo entiendo. Nunca lo he entendido.

Bravo, Espinela. Dilo más fuerte porque tampoco nosotras lo entendemos y creo que tampoco la autora lo entiende. Pero volvamos al contexto de la historia: el medioevo, en donde los términos de virginidad y pureza son sinónimos de bondad, de lo cercano a la deidad. Por lo tanto, es de esperarse que la heroína deba sacrificarse de esa manera para salvar a los demás. Si no lo hiciera, sería un error de consistencia en la historia y recordemos que la autora pasó 10 años de su vida escribiéndola.


Lo que me incomoda del personaje de Soledad es que cuando decide dar su vida al unicornio adquiere un matiz mágico casi etéreo, como si ella misma fuera una maga, un hada o algo parecido, y no hay una explicación tangible. Todos los sentimientos que antes se nos describían ya no están, solo determinación. No hay felicidad, aunque sí tristeza por la muerte del dragón, quien descubrimos después como ya se nos asomaba que la criatura era un ser que formaba parte del tejido cósmico, del equilibrio del mundo y que era el último de una antigua reminiscencia de lo que fue el mundo sin el hombre. Da pena porque al final te compadeces del dragón.

Me incomoda también su transformación, comenzó como una princesa que se propone acabar con su espada todo el mal del reino. Descubre que quizás el mal del reino no es más que el yugo tiránico que su padre ejerce sobre el pueblo y madura poco a poco. Sin embargo, en la primera batalla que tiene no logra matar y por ende la persona quien perdona su vida, se convierte en su sirviente. Y luego, decide que no va a matar al dragón. Todo este cambio ocurre sin razón aparente y eso es lo que me molesta.


El personaje principal masculino y pareja de Soledad, dista mucho del estereotipo de protagonista al que una está acostumbrada. Cuervo es el mago que despierta al dragón mediante un hechizo y, al hacerlo, su mano queda desfigurada. Es un hombre con potencial académico, inexperto en la batalla y bastante sentimental. De hecho, su personaje entra en conflicto porque descubre que se ha enamorado de Soledad, su enemiga, y que por amarla está traicionando el concilio de magos que lo envió a resolver el lío en que metió a todos. Desde mi perspectiva Cuervo, más que un principal es un personaje que ayuda a la protagonista a descubrir su verdadero destino, porque más allá de eso en las batallas, el pobre hombre estaba tan asustado que no podía ni lanzar ningún hechizo. Fue el que activó la cadena de sucesos para que Soledad encontrara su razón de ser.


Llegamos al final. El rey Lobo muere a causa de las quemaduras que el reptil monstruoso le ocasionó, no sin antes cederle la corona a Soledad. Mi yo lector en ese momento estaba emocionado porque al final la mujer iba a obtener lo que quería, sin embargo, ella lo rechaza para asombro de todos, incluyéndome. Decide quedarse con el Unicornio porque estando con él es cuando descubre el verdadero misterio de la vida, no quiere coronas ni honores ni pareja ni tierras ni súbditos. Ella misma se ha convertido en una especia de ninfa, de diosa, una suerte de Artemis cazadora que no tiene lazos terrenales. Ella es etérea, es feroz como loba y es virgen por siempre, y decide irse con el animal legendario adentrándose en el bosque con un sequito de animales salvajes.


Quiero que entiendan mi enojo. No me molesta que ella haya decidido hacerlo, sino que es la manera en cómo se despersonaliza su personaje ¿tiene sentido?, Soledad se acartona, pierde relieve y el final de la historia se me antoja rápido e impreciso. Puede que me haya saltado algún cambio significativo en su personaje que me impide estar a gusto con su decisión, tendré que volver sobre ello. Pero, dejando de lado el final que seguro habrá gustado a otros lectores, la novela es maravillosa. Muestra la dualidad de la vida, la superación de los personajes y el sacrificio al que está dispuesto hacer una persona con tal de salvar su reino. La que comenzó siendo una princesa guerrera se convirtió en una loba que corre a la par del unicornio para siempre.


Este es mi comentario de lectura de Loba. Como siempre, comento desde mi experiencia lectora lo que me gusta y lo que no sin condenar nunca la obra de los autores. Como todo en esta vida, la dualidad es un elemento fundamental que convive con nosotros.


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